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Mi historia

Me llamo Diego Alberto Ferrari, tengo 49 años y nací en Villa Mugueta, un hermoso pueblo, ubicado a 60 kilómetros de Rosario, en la provincia de Santa Fe, chiquito pero muy cálido, en donde viví momentos de felicidad, que quedaron marcados muy en lo profundo...

Sobre Mi.

Para hablar de mí y desde mí, voy a partir desde mi nacimiento y desde mis experiencias en la vida, las cuales me han llevado a ser lo que hoy soy…
Me llamo Diego Alberto Ferrari, tengo 49 años y nací en Villa Mugueta, un hermoso pueblo, ubicado a 60 kilómetros de Rosario, en la provincia de Santa Fe, chiquito pero muy cálido, en donde viví momentos de felicidad, que quedaron marcados muy en lo profundo. Tengo una hermana, Jaquelina, yaqui para mí, con la cual compartí una infancia muy linda.

Mi nacimiento complico mucho la vida de mi mama, Norma, la cual, durante el embarazo, el médico le había aclarado el riesgo que corría si me tenía…ella a pesar de todo junto con mi papa, Alberto, decidieron que llegara Yo… siempre me pongo a pensar ¡qué acto de amor tan grande…!

Desde muy chiquito siempre fui el más mimado de la familia y eso me llevo a ser muy caprichoso. Recuerdo siempre a mis abuelos paternos, Carmen y Luis, en donde todo lo quería me lo daban… por supuesto muchas veces a escondidas de mis padres. Con mis abuelos maternos, Emilia y Jorge, no los veía muy seguido, debido a que ellos vivían en Buenos Aires y una vez al año, para las fiestas, ellos venían al pueblo, igualmente los recuerdo con mucho amor, porque a pesar de las distancias, siempre fueron unos abuelos presentes.

Curse el jardín de infantes y la escuela primaria cerca de mi casa, por decirlo así, en la esquina se encontraba la escuela, era bueno porque salía de mi casa y está ahí, y era malo porque no podía faltar, recuerdo una vez no ir a la escuela, y al rato de haber empezado la clase, venirme a buscar mi maestra, Alejandra, la cual era mi vecina.
En la escuela los recuerdos son muy lindos, me gustaban las actividades prácticas, algunos deportes, odiaba matemáticas, era muy compañero con todos, aunque tenía mi grupito de amigos, con los cuales después de la escuela siempre tomábamos la leche juntos antes de salir a jugar.
Tuve una infancia muy feliz, y a pesar de no contar mucho con mi papa, él viajaba muy seguido a Rosario por cuestiones de trabajo, nunca noté su ausencia porque cuando estaba compartíamos muchas cosas juntos.

La relación con mi mama siempre fue muy especial, siempre me dejaba hacer lo que quería, siempre estaba en un acto de la escuela, en el armado de mi cumpleaños, en todos esos momentos importantes de la vida.
Ni hablar de la relación con mis abuelos paternos, cada vez que pienso en ellos, se me llenan los ojos de lágrimas, me emociono mucho, es que casi toda mi infancia la compartí con ellos, era una relación muy especial.
Recuerdo que cada día salía de la escuela y me iba en bici a la casa de ellos, casi saliendo del pueblo. Al llegar a la casa y después de tirar la bici, me iba con mi abuelo, Luis, que siempre estaba haciendo algo, una quinta, o le estaba dando de comer a los animales, o estaba haciendo algún trabajo.

En la casa de mis abuelos paternos había animales, gallinas, ovejas, chanchos, además de una gran quinta y muchos árboles frutales. Recuerdo los inviernos que me sentaba con amigos a comer mandarinas al sol, o nísperos bien dulces, o las granadas bien rojas, o los higos bien maduros, y sintiendo esa vos muy tierna y protectora de mí abuela Carmen cuando me decía, nene te va a ser mal tantas mandarinas…

Mis abuelos ya fallecieron todos, esos recuerdos están seguramente en mí, pero prefiero traer a este relato los que me producen esa sensación de felicidad y de agradecer cada día a la vida, de haberlos podido compartir.
Realice la escuela secundaria en Rosario, ya alejado de la tranquilidad del pueblo. Que emoción sentí cuando comencé la escuela secundaria, ya me sentía grande y podía empezar a salir a bailar entre otras cosas.

En el transcurso de la secundaria mi hermana, Yaqui, había tomado la decisión de casarse, y al poco tiempo de hacerlo, mi hermana me comunicaba que iba a ser Tío, que emoción sentí, y así fui x primera vez en mi vida Tío y padrino de Yamila, luego vinieron Ayelén y Matías, tres sobrinos a los cuales los amo mucho.
Paralelamente la relación de mis padres se empezó a dificultar, ya no se llevaban bien. Cursando el cuarto año de la escuela secundaria, mis padres se separan, yo decidí quedarme con mi mama x un tiempo. Y luego de terminar la escuela secundaria me fui a vivir solo.

Creo que este hecho marco un antes y un después en mi vida.

Recuerdo muchas emociones encontradas, por un lado, sentía mucho rencor, estaba alejado de mis padres por lo que había pasado, por otro lado, sentía la libertad de ser yo mismo y decidir por mí.

Comencé a estudiar en la Universidad de Rosario Comunicación Social y Psicología, curse cinco años de las dos carreras, y en el medio sucedió un hecho que marcaría el rumbo de mi vida para siempre.

Un día un amigo del alma, Waldemar, me invita a una charla por el año 1995 de un maestro de origen vietnamita, el cual iba a impartir un curso sobre la Energía Zen, mucho no sabía pero allá fui, me senté y luego de estar y escuchar cinco días el curso, comencé sin darme cuenta un camino sin vuelta atrás, comencé a experimentar cosas nuevas y mirar el mundo de otra manera, ya no era el mismo, ya no pensaba igual, ya no actuaba igual, era lo que siempre estaba buscando y había llegado así de golpe.

Comencé así de a poco una transformación en mí. Esta transformación me impacto tanto que decidí dejar el estudio, me preparé para enseñar los cursos Zen, que había aprendido y comencé el viaje.

Así recorrí toda la República Argentina impartiendo cursos, primero eran cursos chiquitos en casas de familias, y sin darme cuenta estaba enseñando a cientos de personas x cursos en distintos lugares. Luego comencé a viajar a otros países, Venezuela, Bolivia, Uruguay entre tantos.

Estas experiencias cambiaron mi vida en todo sentido, comencé a experimentar el amor de la gente, que sin conocerme me ofrecía todo, comencé a experimentar el respeto de la gente hacia mí, la confianza, comencé a tener lo que consideré una nueva familia.

Luego de 29 años de estar dando estos cursos, me sigo sorprendiendo a mí mismo, como me transformo cada día, siento que enseño y a la vez aprendo mucho.

Actualmente sigo impartiendo cursos Zen, a lo largo del País, en otros Países.
Hacia comienzos del año 2005, experimente el mundo de los negocios instale junto a un socio amigo, Claudio, en Rosario una tienda hindú, luego al año siguiente instalamos el segundo local y en cuatro años ya teníamos tres locales comerciales.

En el año 2008, una amiga me comenta sobre la posibilidad de asociarme a una empresa argentina, la cual se dedicaba a la purificación del agua, luego de varios intentos x asociarme a la empresa, en abril del año 2009 decidí asociarme.

Actualmente y debido al poco escaso tiempo que me quedaba luego de muchos viajes por los distintos países en donde estoy viajando, he decidido dejar mi actividad comercial con los sahumerios, para dedicarme de lleno a lo que más amo en mi vida, que es, AYUDAR AL OTRO A QUE LOGRE SU MEJOR VERSIÓN.

Luego de varios años de crecimiento personal, de entrenamientos, de aprendizaje, y de sentirme feliz con lo que estoy realizando a nivel personal, otro hecho que marcó un antes y un después en mi vida, fue la posibilidad de volver a desafiarme, esta vez volver a realizar una carrera de Coaching Ontológico, fuera de mi ciudad, en donde tenía que generar acciones nuevas para poder hacerlo, acciones en mi trabajo , en mi familia, en mis amigos, en fin salir del estado de comodidad en el que me encontraba.

Esto me permitió y me permite cada día, re-elaborar, construir y re-construir constantemente mis percepciones de las cosas y la relación con los demás.
En estos 25 años de crecimiento personal, incursione en muchas otras disciplinas, tales como Memoria Celular, Foucosing, PNL, Bioneuroemoción, Logoterapia, Física cuántica, Hoponopono, Cienciología, Metainteligencia, Neurociencias, entre otras, para poder seguir con mi proceso de transformación, llegando a la conclusión de que para ser la mejor versión de nosotros mismos, debemos comenzar por lo más simple que es, cambiar muchos hábitos cotidianos.

Es por eso que desde hace muchos años vengo trabajando con algunas personas amigas del camino que comparten mi visión, en un “Programa de Aprendizaje para Educarnos y Re-Educarnos” y de esa forma poder Reprogramarnos en todas las áreas de nuestra vida, de forma consciente.

A este programa de Aprendizaje lo he llamado “Escuela de la Larga Vida”
Consiste en un Programa de Aprendizaje: "Cuerpo-Lenguaje-Emoción".

Al Aprender sobre Nuestro Cuerpo, Nuestro Lenguaje y Nuestras emociones, lo que nos forma en la persona en que "ESTAMOS SIENDO", el poder REPROGRAMARLO, de manera consiente, nos posibilita transformarnos en la persona que "ELIJEMOS SER".
Espero poder transmitir humildemente en este nuevo desafió, lo que he aprendido y sigo aprendiendo cada instante.

Agradezco a todos los amigos del alma que he cultivado en mi vida, algunos presentes, otros no, pero siempre los llevo en mi corazón y sería muy descortés olvidarme de alguien, por eso a todos les digo Gracias.

Agradezco estar vivo y poder sentirlo. Agradezco haberme dado la oportunidad a través de este relato de entender que fue muy lindo lo que he vivido y experimentado.

Gracias.

Formación

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